“El Reino de dios es el concepto principal en el judaísmo y en el cristianismo. Se refiere al reinado o soberanía de Dios por sobre todas las cosas, y es opuesto al reinado de los poderes terrenales.”
En este documento, el mensaje que el autor pretende transmitir es que la historia de la Biblia no es un relato meramente histórico, sino que es un relato que se basa en hechos históricos para expresar la fe de quienes escribieron los diferentes evangelios. Para interiorizar lo que este documento nos quiere decir, es necesario empezar por el hecho de que aunque digamos que muchas cosas que nos cuentan los evangelios no sucedieron de tal forma, no quiere decir que nuestra fe como creyentes deba peligrar, más bien debe hacerse una reevaluación sobre lo que estamos creyendo, y analizar esa ambigüedad que nos muestra la Biblia.
Hacia el año 40 tenemos ya el valor soteriológico del kerigma apostólico, donde se da un segundo sentido a la resurrección de Cristo. La persecución que sufrieron los seguidores de Jesús significo para ellos un acercamiento a lo que Jesús vivió en carne propia cuando era perseguido. Los perseguidos se sienten de cierta forma como Jesús y actúan conforme a sus ocurrencias y enseñanzas. Los cristianos entendieron que la muerte y resurrección de Jesús era solo un misterio. Ellos experimenten la resurrección y la muerte al igual que Jesús. Por esto es importante recalcar el valor de la transformación del hombre cuando le da un verdadero sentido a la resurrección. Luego entre el año 50 y 60, Pablo se aproxima más a descifrar el verdadero mensaje del kerigma. Pablo no se centra en ultimar detalles de la vida de Jesús, ya que esta no es el contenido del valor anunciado. Pablo pone a las personas en coherencia con el poder salvador de la muerte y resurrección de Jesús.
Jesús dijo:
“Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.” [1]
¿Significa esto que el Reino de Dios no es de este planeta?
Lo que quiere decir aquí es que hay políticos que quieren aprovecharse de este versículo para decirle a los cristianos: "Ustedes ocúpense de las cosas del cielo, que nosotros nos ocuparemos de las cosas de la tierra." Quieren utilizar el laicismo para amordazar a los cristianos para que no se pronuncien sobre asuntos de interés público desde el punto de vista de la fe. Pero la historia demuestra que los cristianos han resistido a los gobiernos y a los sistemas de valores paganos. Cuando Pablo y Silas llegaron a evangelizar a una ciudad griega, dijeron de ellos:
Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá. [2]
Lo que quiere decir aquí es que cuando Jesús dice que su Reino no es de este mundo, está queriendo decir que su Reino no es a la manera de este mundo. Un mundo en que la voluntad de unos se impone por la fuerza a la voluntad de otros, aun en las supuestas democracias. En el que se recaudan por la fuerza impuestos, en el que se imponen impuestos por la fuerza. El Reino de Dios es el reino de la libertad, de la no coacción. En el Reino de Jesús se hace el bien por iniciativa propia, con la inspiración del Espíritu Santo, el Espíritu de Libertad. El Reino de Dios se realiza en los discípulos que siguen las enseñanzas de Jesús. Es una realidad presente y una esperanza en el porvenir.
Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor. [3]
Venga a nosotros tu reino.[4]
Lo que quiere decir aquí es que Jesús nos enseña que los gobiernos de este mundo no son servidores de Dios, sino del diablo. Satanás es el príncipe de este mundo, del mundo de la imposición y la coerción. Por eso es que tratar de imponer las ideas y a forma de vida cristiana es una contradicción con la misma esencia del Reino de Dios. No es verdaderamente cristiano el que trata de imponer el cristianismo por la fuerza.
Sin embargo, el querer imponer la fe a otros es una tentación actual a la que deben hacer frente los cristianos, y es que el mismo Jesús padeció esa tentación. Como nos lo relata el evangelista:
Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.[5]
Lo que quiere decir aquí es que Jesús tuvo que resistir la tentación de imponer por la fuerza el mensaje que le había encomendado el Padre celestial. Y si Jesús tuvo que enfrentar esa tentación, ¡Cuánto más los cristianos!
El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.[6]
Lo que aquí quiere decir es que la concepción que tiene Jesús del Reino de Dios es totalmente contraria al pasaje pseudo-paulino de Romanos 13, en el que se presentan a las autoridades civiles de ese tiempo como "servidoras de Dios que buscan nuestro bien". Si fuera cierto que "todas las autoridades han sido establecidas por Dios", estaríamos viviendo en la plena manifestación del Reino de Dios, lo cual es evidentemente falso, ya que por dondequiera vemos mandato e imposiciones gubernamentales. La realidad es que las autoridades civiles no representan a Dios, sino que al diablo. El libro de Apocalipsis desenmascara el falseamiento del autor pseudo-paulino de Romanos 13. Esas autoridades civiles a las que este farsante presenta como "servidoras de Dios" aparecen en el Apocalipsis como "la bestia", el aparato estatal represor de los cristianos. Es necesario que nos quitemos la venda de los ojos y desechemos los engaños satánicos. El Señor nos manda a resistir al gobierno, el Señor nos manda a resistir al diablo.
Hay un autor ruso muy importante Leon Nikolaievich Tolstoi, que con sus críticas a la iglesia cristiana sobre el reino de dios logro demostrar que el reino de dios esta dentro de uno mismo y también intenta mostrar cómo la Iglesia cristiana se ha apartado de las enseñanzas de Cristo al aceptar la violencia como medio para resistir el mal:
"Entre otras muchas cosas escribe Tolstoi que el cristianismo se aleja de la doctrina de Cristo, al no tener un mandamiento de la no-violencia para hacer frente al mal". Para el autor ruso hay una profunda contradicción entre la violencia y una vida cristiana que debe inspirarse en las enseñanzas de Aquél que dijo "si te dan en una mejilla presenta la otra...". En los doce capítulos de la obra, Tolstoi pasa revista a la doctrina de la no-violencia tal como la han profesado una minoría de hombres, luego analiza las críticas a esta doctrina, da como ejemplos de esta contradicción entre cristianismo y violencia la existencia del militarismo y las guerras, afirmando rotundamente que "el mal no puede ser vencido por la fuerza física de un gobierno: el cristianismo tomado seriamente pondría fin a la actual organización de nuestras vidas basada en la violencia". Y termina el libro con una invitación al arrepentimiento, pues el reino de Dios está dentro de nosotros: "El solo significado de la vida es servir a la humanidad, contribuyendo al establecimiento del Reino de Dios, lo que sólo puede hacerse reconociendo y profesando todos los hombres la verdad". [7]
Básicamente lo que Tolstoi quiere decir es que la única forma de estar bien en el mundo, sin que exista violencia y el mal entre las personas es estableciendo lo que dice el reino de dios contribuyéndolo a los demás con la verdad y soberanía.
Teniendo en cuenta los versículos de los diferentes profetas y lo que dice Tolstoi llego a la conclusión de que el reino de dios esta con nosotros, es decir esta dentro de nosotros mismos y lo único que busca es el bien, es decir estar en paz y amor con todo el mundo. También se hace referencia a que en la tierra hay muchos factores que nos desvían del camino al reino de dios, por ejemplo las partes gubernamentales y la envidia que llevamos los seres humanos por dentro cuando no nos sentimos bien con nosotros mismos y vivimos con mucho resentimiento, es decir que para entrar al reino de dios debemos empezar de estar en paz con nosotros mismos y después contribuirlo con los demás.
Para finalizar el reino de Dios, anunciado por Jesús, es básicamente la aceptación de Dios como parte fundamental de una comunidad, alejándose del pecado. Para Jesús, el reino de Dios es soberanía y es la obediencia incondicional a Dios padre. Acogerse al reino de Dios es convertirse. Dios habita en los hombres según como nosotros lo vivamos a Él en nuestro ser. El reino de los cielos no se encuentra en las nubes al morir, sino se encuentra acá mismo en la tierra, a nuestro lado, en nuestro prójimo y en nuestro amor por Dios padre todo poderoso.
[1] Juan 18:36
[2] Hechos 17:6
[3] Mateo 20:25,26
[4] Mateo 6:10
[5] Mateo 4:9
[6] Mateo 13:16
[7] Leon Nikolaievich Tolstoi, artículo: El Reino de Dios está dentro de Ti
En este documento, el mensaje que el autor pretende transmitir es que la historia de la Biblia no es un relato meramente histórico, sino que es un relato que se basa en hechos históricos para expresar la fe de quienes escribieron los diferentes evangelios. Para interiorizar lo que este documento nos quiere decir, es necesario empezar por el hecho de que aunque digamos que muchas cosas que nos cuentan los evangelios no sucedieron de tal forma, no quiere decir que nuestra fe como creyentes deba peligrar, más bien debe hacerse una reevaluación sobre lo que estamos creyendo, y analizar esa ambigüedad que nos muestra la Biblia.
Hacia el año 40 tenemos ya el valor soteriológico del kerigma apostólico, donde se da un segundo sentido a la resurrección de Cristo. La persecución que sufrieron los seguidores de Jesús significo para ellos un acercamiento a lo que Jesús vivió en carne propia cuando era perseguido. Los perseguidos se sienten de cierta forma como Jesús y actúan conforme a sus ocurrencias y enseñanzas. Los cristianos entendieron que la muerte y resurrección de Jesús era solo un misterio. Ellos experimenten la resurrección y la muerte al igual que Jesús. Por esto es importante recalcar el valor de la transformación del hombre cuando le da un verdadero sentido a la resurrección. Luego entre el año 50 y 60, Pablo se aproxima más a descifrar el verdadero mensaje del kerigma. Pablo no se centra en ultimar detalles de la vida de Jesús, ya que esta no es el contenido del valor anunciado. Pablo pone a las personas en coherencia con el poder salvador de la muerte y resurrección de Jesús.
Jesús dijo:
“Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.” [1]
¿Significa esto que el Reino de Dios no es de este planeta?
Lo que quiere decir aquí es que hay políticos que quieren aprovecharse de este versículo para decirle a los cristianos: "Ustedes ocúpense de las cosas del cielo, que nosotros nos ocuparemos de las cosas de la tierra." Quieren utilizar el laicismo para amordazar a los cristianos para que no se pronuncien sobre asuntos de interés público desde el punto de vista de la fe. Pero la historia demuestra que los cristianos han resistido a los gobiernos y a los sistemas de valores paganos. Cuando Pablo y Silas llegaron a evangelizar a una ciudad griega, dijeron de ellos:
Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá. [2]
Lo que quiere decir aquí es que cuando Jesús dice que su Reino no es de este mundo, está queriendo decir que su Reino no es a la manera de este mundo. Un mundo en que la voluntad de unos se impone por la fuerza a la voluntad de otros, aun en las supuestas democracias. En el que se recaudan por la fuerza impuestos, en el que se imponen impuestos por la fuerza. El Reino de Dios es el reino de la libertad, de la no coacción. En el Reino de Jesús se hace el bien por iniciativa propia, con la inspiración del Espíritu Santo, el Espíritu de Libertad. El Reino de Dios se realiza en los discípulos que siguen las enseñanzas de Jesús. Es una realidad presente y una esperanza en el porvenir.
Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor. [3]
Venga a nosotros tu reino.[4]
Lo que quiere decir aquí es que Jesús nos enseña que los gobiernos de este mundo no son servidores de Dios, sino del diablo. Satanás es el príncipe de este mundo, del mundo de la imposición y la coerción. Por eso es que tratar de imponer las ideas y a forma de vida cristiana es una contradicción con la misma esencia del Reino de Dios. No es verdaderamente cristiano el que trata de imponer el cristianismo por la fuerza.
Sin embargo, el querer imponer la fe a otros es una tentación actual a la que deben hacer frente los cristianos, y es que el mismo Jesús padeció esa tentación. Como nos lo relata el evangelista:
Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.[5]
Lo que quiere decir aquí es que Jesús tuvo que resistir la tentación de imponer por la fuerza el mensaje que le había encomendado el Padre celestial. Y si Jesús tuvo que enfrentar esa tentación, ¡Cuánto más los cristianos!
El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.[6]
Lo que aquí quiere decir es que la concepción que tiene Jesús del Reino de Dios es totalmente contraria al pasaje pseudo-paulino de Romanos 13, en el que se presentan a las autoridades civiles de ese tiempo como "servidoras de Dios que buscan nuestro bien". Si fuera cierto que "todas las autoridades han sido establecidas por Dios", estaríamos viviendo en la plena manifestación del Reino de Dios, lo cual es evidentemente falso, ya que por dondequiera vemos mandato e imposiciones gubernamentales. La realidad es que las autoridades civiles no representan a Dios, sino que al diablo. El libro de Apocalipsis desenmascara el falseamiento del autor pseudo-paulino de Romanos 13. Esas autoridades civiles a las que este farsante presenta como "servidoras de Dios" aparecen en el Apocalipsis como "la bestia", el aparato estatal represor de los cristianos. Es necesario que nos quitemos la venda de los ojos y desechemos los engaños satánicos. El Señor nos manda a resistir al gobierno, el Señor nos manda a resistir al diablo.
Hay un autor ruso muy importante Leon Nikolaievich Tolstoi, que con sus críticas a la iglesia cristiana sobre el reino de dios logro demostrar que el reino de dios esta dentro de uno mismo y también intenta mostrar cómo la Iglesia cristiana se ha apartado de las enseñanzas de Cristo al aceptar la violencia como medio para resistir el mal:
"Entre otras muchas cosas escribe Tolstoi que el cristianismo se aleja de la doctrina de Cristo, al no tener un mandamiento de la no-violencia para hacer frente al mal". Para el autor ruso hay una profunda contradicción entre la violencia y una vida cristiana que debe inspirarse en las enseñanzas de Aquél que dijo "si te dan en una mejilla presenta la otra...". En los doce capítulos de la obra, Tolstoi pasa revista a la doctrina de la no-violencia tal como la han profesado una minoría de hombres, luego analiza las críticas a esta doctrina, da como ejemplos de esta contradicción entre cristianismo y violencia la existencia del militarismo y las guerras, afirmando rotundamente que "el mal no puede ser vencido por la fuerza física de un gobierno: el cristianismo tomado seriamente pondría fin a la actual organización de nuestras vidas basada en la violencia". Y termina el libro con una invitación al arrepentimiento, pues el reino de Dios está dentro de nosotros: "El solo significado de la vida es servir a la humanidad, contribuyendo al establecimiento del Reino de Dios, lo que sólo puede hacerse reconociendo y profesando todos los hombres la verdad". [7]
Básicamente lo que Tolstoi quiere decir es que la única forma de estar bien en el mundo, sin que exista violencia y el mal entre las personas es estableciendo lo que dice el reino de dios contribuyéndolo a los demás con la verdad y soberanía.
Teniendo en cuenta los versículos de los diferentes profetas y lo que dice Tolstoi llego a la conclusión de que el reino de dios esta con nosotros, es decir esta dentro de nosotros mismos y lo único que busca es el bien, es decir estar en paz y amor con todo el mundo. También se hace referencia a que en la tierra hay muchos factores que nos desvían del camino al reino de dios, por ejemplo las partes gubernamentales y la envidia que llevamos los seres humanos por dentro cuando no nos sentimos bien con nosotros mismos y vivimos con mucho resentimiento, es decir que para entrar al reino de dios debemos empezar de estar en paz con nosotros mismos y después contribuirlo con los demás.
Para finalizar el reino de Dios, anunciado por Jesús, es básicamente la aceptación de Dios como parte fundamental de una comunidad, alejándose del pecado. Para Jesús, el reino de Dios es soberanía y es la obediencia incondicional a Dios padre. Acogerse al reino de Dios es convertirse. Dios habita en los hombres según como nosotros lo vivamos a Él en nuestro ser. El reino de los cielos no se encuentra en las nubes al morir, sino se encuentra acá mismo en la tierra, a nuestro lado, en nuestro prójimo y en nuestro amor por Dios padre todo poderoso.
[1] Juan 18:36
[2] Hechos 17:6
[3] Mateo 20:25,26
[4] Mateo 6:10
[5] Mateo 4:9
[6] Mateo 13:16
[7] Leon Nikolaievich Tolstoi, artículo: El Reino de Dios está dentro de Ti
1 comentarios:
1. Laura, a quièn pertnece este apartado.
“El Reino de dios es el concepto principal en el judaísmo y en el cristianismo. Se refiere al reinado o soberanía de Dios por sobre todas las cosas, y es opuesto al reinado de los poderes terrenales.”
2. Si la producciòn de este texto se construye a partir de un texto base debes citar la fuente completa ya que la informaciòn que presentas a partir de este enunciado se presenta de manera general 'En este documento'
3.'Hacia el año 40 tenemos' otra vez la concordancia.
4. 'Para finalizar el reino de Dios, anunciado por Jesús, es básicamente la aceptación de Dios como parte fundamental de una comunidad, alejándose del pecado. Para Jesús, el reino de Dios es soberanía y es la obediencia incondicional a Dios padre. Acogerse al reino de Dios es convertirse. Dios habita en los hombres según como nosotros lo vivamos a Él en nuestro ser. El reino de los cielos no se encuentra en las nubes al morir, sino se encuentra acá mismo en la tierra, a nuestro lado, en nuestro prójimo y en nuestro amor por Dios padre todo poderoso.'
Laura, el final que planteas me deja con un sin sabor dado que lo planteas en tèrminos de enunciados abiertos, los mismo no se concluyen y ello hace que el lector 'especule' sobre lo escrito
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